Se acerca la Navidad, y con ella la tradición de comer jamón, siguiendo los siguientes pasos usted podrá disfrutar de uno de los mayores placeres gastronómicos del mundo.
El jamón debe consumirse a temperatura ambiente (21ºC), con esta temperatura la brillantez de la grasa tendrá un aspecto natural, nunca debe consumirse frío.
Para su colocación se utilizará un soporte jamonero que proporcione una buena fijación y comodidad al cortador.
El siguiente punto a tener en cuenta es la elección del cuchillo, uno rígido y de hoja ancha para preparar el jamón y otro de hoja estrecha, larga y flexible para su corte. Es fundamental que la hoja del cuchillo jamonero esté bien afilada, por lo que se recomienda no utilizarlo para otros menesteres.
Se cortarán lonchas finas de tamaño mediano, abarcando el ancho de la pieza, con algo de grasa intramuscular para hacerlas más jugosas. Conforme avanzamos iremos retirando piel y grasa de los bordes. Los cortes serán siempre paralelos entre sí y en dirección opuesta a la pezuña, dejando una superficie plana y sin estrías, nunca cóncava.
Al llegar al hueso de la cadera, se hará un corte incisivo alrededor del hueso para que las siguientes lonchas salgan limpias de esta zona.
La carne que esté más próxima a los huesos se cortará a tacos.
Cuando finalizamos el jamón, los huesos podrán ser utilizados para dar sabor a caldos y cocidos.
Consejo: Si se va a consumir rápidamente, se comenzará la pieza por la maza, más jugosa e infiltrada, pero para un consumo más lento, se recomienda comenzar por la zona de la babilla.
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